Luego de ser rescatada por un grupo de inversionistas, Ticopó se une al circuito de galerías noox, que también tiene otras dos haciendas en el Estado, la antigua hacienda de San Diego Azcorra, en la ciudad de Mérida, y en Kankabal, en la carretera Izamal-Tunkás, ambos también extraordinarios centros de arte contemporáneo alojados en haciendas originales.
La muestra también incluyó algunas acuarelas de Carlos Becerra. |
C. 39° 224-e entre 56 y 58 Colonia Bacalar . |
Merida Yucatán
28 de marzo de 2017. De pies descalzos, pero con el mundo entre las manos, una
Tonatzin de bronce presidió la noche del sábado la inauguración de la muestra
Art Ticopó, con que la antigua hacienda de esta comisaría de Acanceh, inicia
una nueva, luminosa, etapa como galería de arte y centro cultural dentro de un
desarrollo inmobiliario.
Junto a la
hermosa escultura, un guerrero acompañó a Tonatzin toda la noche. Ambas
efigies, obras de la maestra Melva Medina, custodiaron la muestra, una clara
exhibición de la diversidad y el talento de los artistas que viven en Yucatán.
Esta exposición
es un ejemplo de las diversas técnicas y temáticas que son parte del quehacer
artístico de creadores locales y extranjeros, explica el curador Omar Góngora
Guzmán.
Luego de ser
rescatada por un grupo de inversionistas, Ticopó se une al circuito de galerías
noox, que también tiene otras dos haciendas en el Estado, la antigua hacienda
de San Diego Azcorra, en la ciudad de Mérida, y en Kankabal, en la carretera
Izamal-Tunkás, ambos también extraordinarios centros de arte contemporáneo
alojados en haciendas originales.
Como parte de
la rehabilitación de espacios con valor histórico, un grupo de especialistas
tuvo a su cargo el rescate de las paredes de la casona de Ticopó, cuyo trabajo,
luego de remover cinco capas de pintura, dejó al descubierto hermosos y
coloridos diseños que añaden un extraordinario valor a la propiedad.
Omar Góngora
subrayó que la hacienda restaurada tiene un enorme potencial para quienes viven
en Ticopó, al brindarles acceso a eventos culturales y la oportunidad de
realizar proyectos sustentables que beneficien a la comunidad.
La hacienda
permaneció cerrada durante muchos años y sólo los ancianos de la comunidad
recuerdan haber entrado al edificio cuando fue una hacienda henequenera, tan
rica que incluso emitió su propia moneda.
UN LUGAR IDÓNEO
PARA QUEDARSE
De acuerdo con
Omar Góngora, quien también es artista visual, se decidió inaugurar la galería
con una muestra colectiva "del trabajo de artistas de diversas latitudes
que encontraron en estas tierras un lugar idóneo para quedarse".
Melva Medina
presentó sus obras Tonatzin y Guerrero, que encabezaron la muestra, y los
asistentes disfrutaron particularmente del prolífico imaginario de José Luis
Rumbo, cuyo trabajo abstracto es una fiesta de colores y formas.
Con sus
fotografías, Edwin Aguilar presentó cuatro momentos congelados de una Mérida
solitaria a altas horas de la noche y Yaoling Lee fue llevando al visitante a
detenerse en paisajes imaginados, donde la luz se va descomponiendo con
lentitud, logrando captar belleza nostálgica en cada pincelada.
La muestra
también incluyó algunas acuarelas de Carlos Becerra, que a la vez son un
estudio para una pieza escultórica con el tema del confort, y el destacado
trabajo de José Luis García, Magali Avila y Laura Tortosa & Maité Vroom.
Los asistentes,
muchos de ellos, jóvenes que viven en la misma comunidad y que por primera vez
entraban a la hacienda, dis frutaron también de la música del Ensamble de
Clarinetes Páax Utia'al iik'.
Cada artista
nos apunta de manera individual sus motivaciones y obsesiones personales,
mostrándonos detalles que a simple vista se nos escapan, pero que están ahí
para la contemplación, indica Omar Góngora.
El anfitrión
anticipó que se realizarán nuevas muestras de arte en la galería, que seguirá
abierta para artistas consagrados y noveles que quieran "seguir dando
rienda suelta a su infinita imaginación".
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