"triste realidad" en el día de las madres ; No todas recibirán flores ni regalos, pero si los rayos del sol y las “regateadas” de la gente.

En esta ciudad donde se acostumbra a tomarles fotos a las mestizas  y presumir de que son parte del folcklor regional pocos se atreven a regalarles sonrisas o  a comprarles ya que prefeiren los supermercados donde están las  ofertas y la fruta “fresca”.

Para algunas el día de la madre es una oportunidad de vender mejor.

Valladolid Yucatán.  Con la mirada nostálgica pero fija, la cara llena de arrugas y sentada en una pequeña caja de madera sobre la banqueta de la calle 44 “doña Irma”  como desde hace mucho tiempo prepara su venta  y aunque lo sabe no se hace ilusiones por ser el día de la madre sus esperanzas están puestas en vender sus hortalizas aprovechando que hay bastante gente en las calles sobre todo hoy.

Desde hace días que en cualquier punto de la ciudad se pueden observar cientos de rosas, arreglos florales, regalos o cualquier otro detalle que se le pueda obsequiar a las madres este martes en que celebramos  su día.

Las redes sociales están inundados de mensajes y fotos de  regalos  dedicados a las  reinas del hogar en el cual  parece ser competencia para ganarse likes o motivo de presunción , pero lejos de ese mundo material  existen decenas de madres  sobre todo de la tercera edad que para ellas este  día será ordinario donde si no pasa nada extraordinario será  común y corriente, no esperan regalos , abrazos ni besos pero sí  vender para que puedan subsistir .

En esta ciudad donde se acostumbra a tomarles fotos a las mestizas  y presumir de que son parte del folcklor regional pocos se atreven a regalarles sonrisas o a comprarles ya que prefieren  los supermercados donde están las  ofertas y la fruta “fresca”.

“Una de ellas sonriendo alcanza a decir tengo hijos pero nunca se acuerdan de mi ellos me han olvidado”

Como todos los días la tarde llegara  el sol se ocultara no sin antes haber  pegado fuerte, ellas levantaran sus pequeños espacios de venta  o cargaran en costales su mercancía para dirigirse a sus lugares de origen en muchos casos comisarias con la ilusión de que mañana tengan un mejor día.